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“Enhorabuena. Ya se puede decir que has sobrevivido un día entero en la zona radiactiva.” (Martín a Alfredo).

Descripción del personaje[]

Alfredo Asunción es un Inspector de Policía enviado por la central de Madrid a Nogales para llevar a cabo la investigación de las muertes dentro de la zona de exclusión. Su estilo formal y protocolario choca de frente con las maneras menos ortodoxas del equipo local. Al venir de fuera, se diferencia por su poca desenvoltura dentro del ambiente radioactivo.

Desarrollo del personaje[]

Episodio 2[]

Alfredo aparece por primera vez al final del segundo episodio de la serie. Cuando Julia llama a Héctor por el asesinato de Tomás, este acude al lugar del crimen en la zona. Por su inexperiencia trabajando en la zona, decide ir con el traje de protección y la máscara antigás en un lugar donde la radiación no es muy alta y sus compañeros (vestidos de forma normal) le dicen que se lo puede quitar, que allí no hay peligro.

Cuando salen de la casa, comienza a hablar sobre el asesino. Carreño dice que se trata de un asesino en serie, pero Alfredo lo niega. Describe al autor del crimen como alguien que ataca “indiscriminadamente a todo lo que se le pone por delante” y cuyos ataques parecen producidos por un “estallido de brote psicótico prolongado”.

Episodio 3[]

Martín y Alfredo continúan investigando el ataque de El Caníbal a Tomás y Luisa. Mientras trata de averiguar qué ha ocurrido, Alfredo intenta adaptarse a Nogales con la ayuda de Martín.

Al recibir los informes de los ataques y ver que no se ha utilizado ningún arma, Alfredo asegura que son ataques no premeditados, que el asesino no va a matarlos, sino que sufre brutales estallidos de violencia. Cuando tratan de descubrir la ruta que utiliza, Martín le explica que ya han rastreado todos los caminos de los alrededores y Alfredo sugiere que busquen en el bosque.

Héctor los llama para contarles que Luisa ha despertado y le ha dicho que El Caníbal hizo referencia a “El Balneario”. El Inspector Uría decide seguir la pista mientras Alfredo y Martín acuden al borde del río, donde encuentran una muda de ropa y una chapa de plomo. Cuando pasan por los procesos de limpieza en el Pabellón K, Alfredo descubre que el tamaño de la chapa es justo el mismo que el de un dosímetro.

Sospechan entonces que el asesino pueda ser un liquidador, comentando que hay trabajadores que prefieren exponerse a niveles peligrosos de radiación que perder sus empleos. Para ello, rodean el dosímetro de plomo y falsifican los datos.

Cuando acuden al hospital para ver a Luisa, Carreño llama a Alfredo y le dice que van a hacer una redada en el club El Balneario. Al ir a buscar a Martín, descubre su relación con Sara. Alfredo va a buscar a Héctor y le cuenta lo que ha descubierto. Héctor le dice que si el asesino es un liquidador seguramente será de la empresa de limpieza que tiene comprado todo el pueblo. El Inspector Uría les dice que “si había sangre en El Balneario, algo quedará”.

Episodio 5[]

La mañana posterior al asesinato de Manuel y Barrero, el Inspector Asunción acude al camping para investigar lo ocurrido. Héctor llega un rato más tarde, y Alfredo lo pone al día: le dice que sospecha que El Caníbal no asesinó a Barrero. Cuando descubren que el local pertenece a la empresa de limpieza ARV, la misma que contrató a los liquidadores que usaban plomo para trabajar más tiempo del legal, deciden investigar la compañía y a su propietario, Fausto Armendáriz.

Al llegar a ARV, Héctor y Alfredo se entrevistan con algunos directivos. Les piden el listado de los trabajadores y sus registros médicos, pero les dicen que eso no se lo pueden facilitar sin una orden. Héctor les acusar de ser poco colaborativos.

Héctor se encuentra con el liquidador que le guió en su investigación en San Adriano. Cuando están en su casa, aprovechan para registrarla y encuentran una carcasa de plomo que encaja con los dosímetros de los liquidadores. Interrogan, entonces, al trabajador, que les cuenta que ha oído que los de la casa 16 desaparecieron repentinamente.

Al ver hablando a Martín y Zoe, Alfredo coge el móvil de la joven y le pregunta por la noche anterior. Zoe les cuenta su versión y Alfredo le encarga a Martín que investigue quién iba con Barrero en el camping.

Zoe les cuenta que llamó a Héctor, pero que el Inspector no lo cogió. Héctor se justifica admitiendo que estaba borracho. Cuando Uría y Alfredo hablan, Héctor le dice que no se equivoque con él, que quiere encontrar al asesino.

Alfredo descubre que un tercio de los liquidadores de ARV tienen antecedentes y que, de esos, el cincuenta por ciento fueron absueltos en el mismo juzgado y por el mismo juez: Miralles. Carreño les pide que se aseguren antes de hacer esas acusaciones.

Alfredo sigue investigando y encuentra a cinco personas que se dieron de baja el mismo día por depresión. De ellos, tres tienen antecedentes, entre los que están Krusty y “Pelirrojo”. Aparece en la lista El Caníbal, Gabriel Sánchez, al que ven como uno de los principales sospechosos: estuvo en un centro psiquiátrico por crisis de agresividad, aunque no tiene antecedentes, por lo que se podría explicar que no identificaran sus huellas. Alfredo manda imágenes de Krusty y “Pelirrojo” a todas las patrullas para que los busquen.

Episodio 6[]

Alfredo descubre, por las cámaras de seguridad, que Héctor encubrió que Zoe estaba en la redada del Club El Balneario. Además, ve a Héctor esconder la droga que apareció en el bolsillo de Barrero en el camping y decide pedirle explicaciones. Uría le pide que confíe en él y le dice que están en el mismo bando.

Van a buscar a Lucio al bar donde Fausto lo citó a él y a Barrero y el camarero reconoce al cazador y a su jefe en una foto. Alfredo pide a Héctor que declare, Uría promete hacerlo, pero cuando el Inspector Asunción va a pagar la cuenta, Héctor escapa y va a buscar a Lucio.

Episodio 8[]

“¡Joder! ¿Por qué me tiene que tocar a mí? ¿Por qué me tenéis que tocar a mí?”

(Alfredo a Martín y Héctor).

El Inspector Asunción busca a Héctor para investigar su implicación en el caso de Barrero. Alfredo y Martín van casa de Juana, la madre de Lucio, para preguntarle por su hijo. La mujer está preocupada porque lleva mucho sin saber nada de él. Juana confiesa a los Inspectores que no se fió de Héctor cuando acudió a verla y que no entiende por qué le llamaba tanto la atención la foto de Lucio, Miralles, Fausto y Ferreras.

Cuando Héctor llama a Martín y le pide que se reúnan, el Inspector Garrido avisa a Alfredo. Le cuenta toda la verdad y pese a no estar de acuerdo con que no se entreguen en el momento, decide ceder y colaborar con ellos durante la investigación.

Martín y Alfredo van a buscar a Vidarte para interrogarlo. Pero el trabajador de ARV recibe el aviso de que Krusty está allí y los Inspectores se enteran. Entran al autobús donde se encuentra el liquidador y le piden que no explote la bomba. Pero Krusty está malherido y no puede hacer nada. Alfredo muere como consecuencia de la detonación.

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